Los días del australiano en el equipo, parecen contados
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Ben Simmons se abrió paso hacia la canasta, de un giro se desprendió de Danilo Gallinari y quedó solo frente a la red para una bandeja fácil, incluso una clavada, y eligió pasar. Pasó el balón. Pasó la oportunidad de disparar. Pasó la oportunidad de empatar el juego.
Joel Embiid no lo podía creer. Con la oportunidad de empatar el juego 7 contra Atlanta en los instantes finales del cuarto periodo, Simmons dejó ir la oportunidad de convertirse en el héroe de la postemporada y le pasó el balón a Matisse Thybulle.
“Asumí que Gallo venía por atrás”, reconoció Simmons.
Creyó que Gallinari intentaría cometer una falta — como lo hicieron los Halcones a lo largo de la serie de siete encuentros para llegar a la Final de la Conferencia Este — e ir a la línea en el momento clave era un riesgo que el base estelar no estaba dispuesto a tomar.
Sus tiros libres fueron el veneno en la postemporada que finalmente dejó fuera a los Sixers, líderes del Este. Simmons encestó 25 de 73 (34%) tiros de castigo en los playoffs y tan solo ante los Halcones erró 27.
Una cantidad inaceptable para cualquier jugador, especialmente para una primera selección y que aún tiene 140 millones de dólares restantes de su contrato. No puede encestar triples (5 de 34 en su carrera), los tiros libre le dieron la espalda y ahora Simmons tiene miedo hasta de clavar el balón.
El coach Doc Rivers pasó de ser su más ferviente promotor al inicio de los playoffs a cuestionar abiertamente el futuro de Simmons en Filadelfia.
Simmons perdió su tiro, su confianza y posiblemente su trabajo en Filadelfia.
Rivers no estaba listo para descartar el regreso del denostado base, si hace el trabajo necesario estas vacaciones.
“Aún soy optimista con Ben”, advirtió Rivers el lunes. “Pero hay trabajo que hacer. Ben estará dispuesto a hacerlo y esa es la clave. A veces debes pasar por ciertas cosas para verlas y ser sincero al respecto. Obviamente, lo que acaba de pasar Ben no me lo puedo imaginar, porque hay tanta grandeza a su alrededor y en todo lo que hace”.
El base de los Sixers Danny Green aseguró el lunes que es injusto que “todos están con la idea de que fue culpa de Ben”.
“No sólo es Ben. Estamos juntos ganemos o perdamos”, dijo Green.
Simmons dijo que “ama estar en Fili”, pero la reacción en las horas posteriores la derrota dejó en claro que no es correspondido
“Ofensivamente no estuve ahí”, reconoció. “No hice lo suficiente para mis compañeros. Hay mucho en lo que necesito trabajar”.
La larga reconstrucción de los Sixers que inició en 2013 y sobrevivió una temporada de sólo 10 triunfos y rachas de 26 y 28 derrotas consecutivas, buscaba una gran recompensa al final.
Ser los primeros sembrados, ventaja de local y enfrentar a unos Halcones que habían despedido a su entrenador y no contaban con ningún jugador elegido al Juego de Estrellas no fue suficiente para que los 76ers alcanzaran la final de conferencia.
El presidente del equipo Daryl Morey tendrá su primera gran oportunidad de reorganizar a los Sixers. No hacer nada no es una opción y esta semana discutirá su visión para los próximos meses —y lo que eso significa para Simmons.