Quien padece esquizofrenia puede vivir y convivir en casa si se tiene el cuidado de tomar y aplicar adecuadamente el tratamiento, además de contar con el apoyo de la familia y no temer a la enfermedad, resaltó Juan Manuel Tong Payán.
El Director General de Salud Mental y Adicciones explicó que cuando una persona inicia el tratamiento a tiempo y de manera adecuada, tiene un 90 por ciento de posibilidades de llevar una vida normal, siempre y cuando se sigan las indicaciones del especialista en siquiatría.
La esquizofrenia es una enfermedad crónico-degenerativa y/o del desarrollo neurológico, que suele empezar entre los 15 y 20 años, dijo, aunque existen casos extraños que han iniciado en la infancia o en la edad adulta, de ahí la importancia de que los padres de familia estén al pendiente de cualquier conducta extraña que pudiera indicar que la padecen.
“Para realizar un diagnóstico certero sobre esta enfermedad, primero se debe descartar el uso de sustancias tóxicas y comprobar si los síntomas desaparecen o disminuyen cuando deja de consumir drogas como la marihuana”, señaló Tong Payán.
Agregó que esta enfermedad puede confundirse con diversos tipos de trastornos, por ello es importante que al presentarse el primer episodio sicótico, como alucinaciones o que se escuchen voces, la persona sea atendida por un siquiatra para que le realicen varias evaluaciones y confirmar un diagnóstico.
Las principales características de la esquizofrenia, indicó, son: escuchar voces que hablan con o del enfermo, sentimientos de que alguien les quiere hacer daño (envenenarlo, perjudicar a su familia, entre otras cosas), sensación de robo o transmisión del pensamiento.
Así mismo, la pérdida del funcionamiento laboral, social, escolar, familiar, el aislamiento, las faltas de ganas de hacer cosas, pocos o ningún amigo, además de conductas extrañas (hablar o reírse solo).
“De acuerdo a especialistas en siquiatría se determina que es posible desarrollar esquizofrenia con o sin factores de riesgo, es decir, existen pacientes que aún cuando no cuentan con nada que indique que pudieran padecerla obtienen el diagnóstico”, manifestó.
El especialista puntualizó que tener un familiar con esquizofrenia, anormalidades cerebrales, problemas en el embarazo como enfermedades de la madre, sangrado, desnutrición o falta de oxígeno, problemas en el nacimiento como una labor de parto prolongada, infecciones al nacimiento o bajo peso, son algunos de los factores de riesgo.