Silvina López Gómez y Lupita Arana Parra, fundadoras de preescolar en Agua Prieta, son un gran ejemplo.En el jardín de niños Dante Alighieri, fundado el 1980, por la actual supervisora de la zona escolar 10, Silvina López Gómez, donde la directora Lupita Arana Parra, también fundadora del kínder Bachicuy, celebraron junto con los docentes el día nacional de la Educadora trabajando con toda normalidad.Sin exigir honores, reconocimientos o méritos en el Día de la Educadora, pidiendo simplemente el respeto, apoyo, cooperación y un trabajo colaborativo no sólo de los padres de familia, sino de la comunidad a la que pertenece una institución como es el jardín de niños, ambas Educadoras coincidieron en señalar que su trabajo implica muchas responsabilidades aparejadas con enormes satisfacciones.Primero, la maestra Silvina López Gómez recordó que en el 1979, ella sola solicitó al ejido Agua Prieta la donación del terreno que actualmente ocupa el jardín Dante Alighieri y que al año siguiente contó con una construcción de tres aulas en el edificio norte y después se construyó el resto del centro escolar franqueado por frondosos árboles que ella misma sembró abriendo la tierra con pala, pico y regándolos por las tardes.“El jardín inició en la casita de enfrente que nos prestó una familia y 28 niños que venían de partes lejanas porque esta colonia Ejidal era casi puro monte, con decirle que algunas mamás cuando llegaban conmigo me mostraban sus faldas rotas por tanta espina que había”, recordó.Por su parte la directora de ese jardín Lupita Arana Parra, originaria de Pueblo Yaqui, Cajeme, trajo a su memoria cuando fundó el kínder Bachicuy en noviembre de 1994, en un aula de madera prestada que era un reducido cuarto dentro de una escuela primaria.“Yo ahí era la directora, la educadora, la intendente, bueno en una palabra era la todóloga”, recuerda con una sonrisa, “pero siempre quise saber que se sentía ser una maestra fundadora de un jardín de niños”.Actualmente y con 29 años de servicio docente, maneja una planta docente de nueve educadoras con una población de 240 niños, una maestra de inglés, un profesor de educación física y dos intendentes, además de ser uno de los planteles de mayor prestigio académico en esta frontera ubicado en calles 19 y 20, avenida 10. Expusieron que antes no se consideraba al jardín de niños como un eslabón obligatorio del programa académico nacional y a partir de noviembre de 1992, ya tiene este carácter.“Antes si los papás querían los mandaban al kínder y lo consideraban como una guardería donde los niños sólo venían a jugar, pero ahora ya se han dado cuenta de todo lo que implica la educación preescolar”, declaró la directora Lupita Arana.Aclaró que como Educadoras somos profesionales de la educación, no personas improvisadas porque han cursado una carrera a nivel licenciatura mediante la cual han adquirido conocimientos en disciplinas psicológicas y pedagógicas que les permiten comprender y aprender sobre el desarrollo y la madurez del niño preescolar, y con ello poder implementar actividades para acompañarle en su desarrollo intelectual, afectivo, físico y emocional.Comentó de su constante actualización a través de capacitación profesional y posgrados, así como maestrías, diplomados, doctorados, que les ayudan para seguir superándose sobre la educación preescolar y el desarrollo de los infantes.