Collin Morikawa no es alguien pendiente a los récords en el golf, por lo tanto no tenía idea alguna de que había empatado la mejor ronda en el Royal St. George’s al embocar un putt para birdie desde 8 pies en su último hoyo el viernes.
La galería rugió cuando la pelota entró al agujero.
Morikawa seguía sonriente. Era el líder del Abierto Británico.
Victorioso en su primera participación en el Campeonato de la PGA en agosto pasado, Morikawa ha tenido un excelente debut en el golf de links. Como parte de un recital con el iron, embocó siete birdies en sus primeros 14 hoyos y firmó una tarjeta 64 golpes, 6 bajo el par de campo.
En total, Morikawa tenía un acumulado de 131 golpes, 9 bajo par, a un impacto de empatar el récord de 36 hoyos en el Abierto Británico.
Le sacaba dos golpes de ventaja a Jordan Spieth y Louis Oosthuizen, quienes empezaron sus recorridos por la tarde.
“Sólo busco dejar mi huella”, dijo Morikawa. “Hay recuerdos en todas partes. Yo soy un desastre con la historia del golf, se olvidan los datos”.
El argentino Emiliano Grillo también firmó un 64, para quedar tres golpes detrás de Morikawa, junto a Andy Sullivan, Marcel Siem, Daniel Van Tonder y Justin Harding.
Grillo se quedó corto por pulgadas de embocar su golpe de acercamiento desde el fairway del 18vo hoyo, y nada más tuvo que empujar sutilmente la pelota para su noveno birdie del día.
El argentino entró al cuadro del torneo tras presentarse como suplente. Y ahora sueña en grande.
Grillo quedó entre los 10 primeros en un par de torneos durante la primavera y ascendió lo suficiente en el ránking mundial para reemplazar a Sungjae Im, quien se retiró para enfocarse en los Juegos Olímpicos. Este es el quinto Abierto Británico para Grillo, quien logró un 69 en su debut en el Royal Troon en 2016 y no pudo bajar de 70 hasta el viernes.
“Yo me voy contento con un 64 en la ronda que sea de un major”, dijo Grillo. “Creo que me llevo un 64 en cualquier día, incluso jugando con mis amigos”.