Joe Burrow ya ocupa un lugar muy especial para la atribulada, pero fiel afición de los Bengalíes de Cincinnati, sin importar lo que pase el próximo 13 de febrero cuando el equipo del sur del estado de Ohio dispute el tercer Super Bowl en su historia en la edición LVI del juego por el título de la NFL ante los
Carneros de Los Angeles.
Aunque de conseguirlo, Burrow estaría logrando un inédito hito en la historia de la NFL en lo que a quarterbacks se refiere. Aquí aportamos algo de contexto.
Luego de que su temporada debut en la NFL acabó de manera abrupta, con una lesión en la rodilla en el juego de la Semana 10, el 22 de noviembre de 2020 ante el Washington Football Team, acabando con marca de 2-7-1, para Burrow el futuro era incierto.
Sin embargo, recuperado de su articulación y con la llegada de un viejo conocido al equipo, como el receptor abierto Ja’Marr Chase, procedente de su alma mater, los Tigers de Louisiana State University (LSU), las cosas repuntaron a un nivel insospechado. Primero, ayudando a adjudicarse a los Bengalíes el título de la AFC Norte, algo que no lograban desde 2015.
Y luego, a ir sorteando obstáculos en el siempre impredecible y complicado mundo de la postemporada de la NFL, dejando en el camino en la ronda de comodines a los Raiders de Las Vegas, en el playoff divisional a los Titanes de Tennessee (el sembrado 1 de la Conferencia Americana) y al vencer a los
Jefes de Kansas City (campeones defensores de la AFC) en el juego por el título de la Conferencia, ambos triunfos en patio ajeno.
Como consecuencia del extraordinario desempeño colectivo de Cincinnati y de su quarterback, los Bengalíes están de regreso 33 años después en la máxima palestra de la NFL: el Super Bowl. Pero esto no se detiene aquí.
Después de ser transferido de los Buckeyes de la Universidad de Ohio State, Burrow llegó a LSU en 2018 y un año más tarde llevaría al equipo a ganar el Campeonato Nacional del futbol colegial estadounidense al derrotar a los favoritos Clemson.
Esa actuación en el futbol de la NCAA desde luego que no pasó inadvertida y los Bengalíes, poseedores de la primera selección del Draft de 2020, ya tenían muy claro que irían por el pasador de LSU, y llegado el momento lo tomaron, aprovechando esa posición de privilegio para quedarse con la joya más preciada de esa generación.
Apenas con dos años en la NFL y a tres de haber alcanzado la máxima gloria en el futbol colegial, Burrow está a punto de lograr lo que ningún otro quarterback en la historia ha logrado, ya sea que se llame Tom Brady, Peyton Manning, Joe Montana, John Elway, Joe Namath, Johnny Unitas, Terry Bradshaw, Brett Favre, etc.
Habiendo capturado el título del futbol colegial en 2019, al haber sido reclutado en 2020 como la primera selección global del draft, de coronarse el domingo 13 de febrero con Cincinnati, Burrow estaría inaugurando un nuevo y exclusivo club al convertirse en el primer quarterback en la historia con esa particular ‘triple corona’.
Solamente dos pasadores han reclamado el título del futbol colegial y ganado un Super Bowl, y esos son Joe Namath y Joe Montana; sin embargo, ninguno de los dos se adjudicó el Heisman.
Cuando Burrow se enfrente en el Super Bowl LVI a Matthew Stafford, quarterback de los Carneros, será la primera vez que dos pasadores tomados como la primera selección global de un Draft de la NFL se vean las caras en el juego por el título de la liga desde el Super Bowl 50, cuando Peyton Manning (1998), de los Broncos de Denver, se enfrentó a Cam Newton (2011) de las Panteras de Carolina.